- oscargoberna
¿Cuándo realizar benchmarking?
Muchas organizaciones usan la metodología de benchmarking para impulsar cambios en procesos vinculados a la calidad, satisfacción del cliente, desempeño operativo y financiero.
Esto, sumado al ritmo de las innovaciones y mejoras permanentes en los procesos tecnológicos y de servicios, convierte al benchmarking en una práctica en permanente evolución y con un alcance ilimitado.
Por lo anterior, podemos afirmar que la utilización del benchmarking es adecuada en las siguientes situaciones:
Ante la necesidad de mejorar la satisfacción de los clientes, optimizando procesos clave, sean de producción o atención al cliente.
Para poder competir a un nivel de mayor calidad y/o servicio superior al de los competidores.
Para poder incursionar con éxito en mercados externos o para afrontar una competencia global.
Para establecer mejores prácticas en determinados procesos claves del negocio, que permitan alcanzar una productividad y rentabilidad superior.
Cuando se requiere generar un alto valor competitivo a través de la mejora continua.
Cuando la dinámica de la industria (o sector) está cambiando a un ritmo acelerado y estos cambios afectan a la productividad y los resultados de la organización.
Una reflexión importante:
Para realizar una buena aplicación de benchmarking, se requiere realismo en la formulación de objetivos a lograr con su implementación, seleccionar el proceso de benchmarking más ligado a los objetivos estratégicos de la organización y a sus funciones centrales o clave, desarrollar una amplia búsqueda de información dentro y fuera del sector, seleccionar adecuadamente las entidades objeto de comparación, generar incentivos a las entidades objeto de análisis y desarrollar un protocolo que asegure el uso trasparente de la información y el mantenimiento de la confidencialidad.
